Para el verdadero cristiano el morir es ganancia.
Job 14:1-2 1.El hombre nacido de mujer, Corto de días, y hastiado de sinsabores, 2.Sale como una flor y es cortado, Y huye como la sombra y no permanece.
Job.1:21 Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.
Job. 12:10 En su mano está el alma de todo viviente, Y el hálito de todo el género humano.
Hay momentos es nuestras vidas, en que nos vemos confundidos en nuestras mentes y nuestros corazones, momentos en que las cosas parecieran salirse de nuestras manos, de nuestro control, hay cosas que nosotros no las podemos evitar, como lo es la muerte de un ser querido, esto trae sufrimiento, angustia, dolor, a los que se quedan, aun Jesús mismo sintió dolor y lloro frente a la tumba de su amigo Lázaro, el sufrimiento es parte de esta vida, y eso vino a consecuencia del pecado, la paga del pecado es la muerte, pero en Jesús esa aflicción se convierte en paz, Jesús mismo lo advirtió en su palabra. Jn. 16:33 estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz, en el mundo tendréis aflicción; pero confiad yo he vencido al mundo.
¿Quién de nosotros no ha pasado una prueba difícil como esta? y si no la ha pasado ya llegara el momento, porque todos tenemos que afrentar un día a la muerte, lo tremendo del caso es que nadie sabe cuando llegara, pero ante esa incertidumbre Jesús dice confiad en mi. El punto aquí es que nosotros a veces no sabemos lo que enfrentaremos en la vida, tendremos enfermedades que nos llevaran a una condición, donde los médicos no podrán hacer nada, y es ahí donde Jesús dice: Confiad en mi, Él es la Roca inconmovible. Dios es el que determina el número de nuestros días en esta tierra.
El salmista decía 39:4 Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy. Cada año que pasa nos damos cuenta que nos acercamos a ese fin, a la medida de los días que Dios ha determinado. Mis amados hermanos delante de Dios somos frágiles, dependemos totalmente de él, nuestra vida está en sus manos. Pero aun así Dios dice en su palabra. Pr. 3: 5-6 dice; Confiad en el Señor de todo tu corazón, reconócelo a él en todos tus caminos, aun en medio de los sufrimientos, dificultades, aflicciones o la pérdida de un ser querido. Hermanos la vida es corta. Dice el libro de Sant 4:13-14. Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
Quizás en 50 o 60 años muchos de los que estamos vivos ya no estaremos, la vida es corta, y debemos vivirla como si hoy fuese el ultimo día de mi vida. Lo glorioso de los que mueren en Cristo, es que ellos no mueren eternamente. 1Tes. 4:13-14 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Hermanos los que mueren sin Cristo ellos no tienen esperanza, ellos despertaran para un terrible juicio, pero los que mueren en Cristo, no mueren sino que duermen, ellos tienen esperanza, resucitaran en el día postrero. Jn.11:25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Verso 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. Crees esto? Hermanos creemos esto, es Jesús, Dios mismo diciendo, el que cree en mí, aunque este muerto vivirá. Hermanos, esa es la consolación para nosotros, los que mueren en Cristo, viven en la presencia de Cristo. Estos no vendrán a condenación Jesús dice: Jn 5:24. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
2Cor. 5:1-8 1. Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 2. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 3. pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. 4. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 5. Más el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. 6. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7. (porque por fe andamos, no por vista); 8. pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.
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